¿Cuál es la mejor frecuencia de riego para mi sistema? En mis más de 30 años de trabajo en la industria verde, ésta, o alguna variación e ella, es la pregunta que más he escuchado. Y es también la más difícil de contestar. No hay una respuesta sencilla, pero sí una sola correcta: cuando la planta lo necesite. Tanto la frecuencia de riego, y en menor medida, la cantidad de agua a aplicar, dependen de muchas variables externas que complican más la cuestión, requiriendo que el cultivador/productor mantenga la mirada atenta a sus técnicas de cultivo.

Ésta es el área en el proceso de cultivo que determina quién es o no un verdadero cultivador. Una vez que nos hemos trasladado de un escenario natural a uno de nuestro propio diseño, y comenzamos a exigir lo mejor de los cultivos que producimos, hemos abierto la “caja de Pandora” del cultivo. Fundamentalmente hemos cambiado las relaciones entre el agua,la planta, el medio y el cultivador. Para solucionar este problema, la industria ha desarrollado una amplia variedad de medios y sistemas que funcionan bien con el cambio. La pregunta “cuál es el más adecuado para ti” se contesta dependiendo qué tipo de cultivador seas.

Una vez hayas entendido cómo funcionan las piezas cuando se juntan, tendrás una indea sobre qué método se adaptará mejor a tu estilo. Vamos a modificar nuestro enfoque sobre el riego para ajustarlo a todas las variables que puedan afectar a nuestras plantas, consiguiendo así los mejores resultados posibles. La única variable que no podemos ajustar es un cultivador que no adapta sus técnicas de cultivo, o que no diseña su sistema de producción en base a esas limitaciones.

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El tetraedro del crecimiento

Vamos a comenzar nuestro análisis sobre el riego aceptando un pequeño hecho: el crecimiento exitoso de un cultivo está basado en la aplicación con éxito del Tetraedro del crecimiento (ver figura 1-1). El tetraedro tiene como lados los 4 componentes principales para lograr el crecimiento. Cada una de las partes tiene la misma importancia y debe ser optimizada para encajar con las otras partes. Como puedes observar, la base de la pirámide es el agua (como una solución o pura) ya que existe en todos los lados también. La Selección de la planta determinará tanto el entorno de la raíz (y por consiguiente, el sistema o medio que se usa), como también el entorno de la parte superior que se necesitará (lados 2, 3 y 4). Son necesarios los 4 lados para formar el tetraedro y cada uno de ellos determina los límites de los otros.

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Figura 1-1 Tetraedro del Crecimiento

Selección de la planta

La planta o cultivo constituye el primer lado y la primera decisión. Dependiendo de lo que queramos cultivar, se determinará cómo cultivarlo; qué entorno de la raíz y qué entorno superior es el adecuado para la planta elegida. Además, las decisiones se toman en base al conocimiento del cultivador sobre el sistema, el cultivo, los puntos fuertes y débiles, y los otros dos lados. No tiene sentido tratar de cultivar tomates cuando el entorno no dispone de la luz suficiente para ello. Como tampoco tiene sentido cultivar orquídeas cuando el agua es escasa. Si bien la lechuga puede cultivarse con éxito en turba o coco, también puede cultivarse en un sistema NFT disminuyendo el tiempo, los costes y el área medioambiental que ocupa. Solamente por el hecho de que puedas cultivar hojas de lechuga en tu sala de cultivo, no significa que puedas cultivar cogollos de lechuga con éxito a no ser que puedas reducir la temperatura de la habitación para enfriar el ambiente. Elige tu planta cuidadosamente, tanto el tipo de cultivo como la variedad, ya que todos son diferentes y responderán de manera diferente.

El entorno de las raíces

El segundo lado es el Entorno de la Raíz, que determina el sistema a emplear en el cultivo. ¿Cuál encajará mejor con los otros lados? El sistema define el entorno de la raíz o medio a utilizar. Se trata no sólo de cómo preparamos, presentamos y almacenamos el agua, la comida y el aire para la planta, sino que también sirve de protección y cobijo para la mitad de la planta. Las raíces funcionan de diferente manera al resto de la planta, pero funcionan a la vez en conjunto con el resto de la planta e influenciadas por ella. El medio sirve para proporcionar soporte físico y material para la planta. El tipo de medio lo determinan básicamente las necesidades del cultivo y del cultivador. Mientras que los medios de tierra o mezclados sin tierra proporcionarán un largo almacenamiento de comida y agua, y físicamente mantendrán a la planta haciendo la vida del cultivador más sencilla (reduciendo dolores de cabeza), al mismo tiempo para el cultivador no tiene sentido económico cultivar lechuga en contenedores llenos de turba.

Las raíces también necesitan la proporción correcta de agua y aire en el medio en base al tipo de planta de que se trate. Todas las plantas necesitan oxígeno para funcionar. Las plantas no disponen de pulmones ni de un sistema circulatorio verdadero para mover el oxígeno de las raíces a las hojas, así que el oxígeno se ha de difundir a través del tejido de la planta. Así como las plantas más carnívoras necesitan de muy poco aire, los cactus y plantas más suculentas necesitan mucha cantidad. La mayoría de las plantas se encuentran en un término medio. Una temperatura constante y la humedad correcta son componentes esenciales para el desarrollo y funcionamiento de las raíces que estarán influenciadas por el tipo de medio utilizado. (Figura 1-2).

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Figura 1-2 Relaciones del aire y espacio poroso

El entorno de la planta

El Entorno de la Planta es todo lo que la planta ve por encima de su corona o la línea de la tierra. Esto incluye las temperaturas adecuadas para la planta en cuestión, pero también, la intensidad de la luz (incluyendo composición, duración y penetración), el aire (los gases que lo componen, su movimiento y su proporción) y la humedad relativa son todos componentes integrales de este entorno (en menor medida, esto incluye patógenos y tensiones externas también). Así como valores alterados en cualquiera de estas variables podrían causar mucho daño, también valores en alguna de estas variables atenúan a los otros (hasta cierto punto). Al ser el el CO2, un componente del aire, la planta asimila átomos de carbono, los cimientos básicos para la vida tal y como la conocemos, principalmente en este entorno. No son tanto los efectos de uno de estos componentes los que marcan la diferencia, sino cómo estos componentes se combinan lo que ateran los resultados, incluso dirigiendo el lado final, el Agua.

El Agua

El Agua, disolvente universal, comprende nuestro último lado, la base, y se hace presente como una solución. Me refiero a ella en un sentido amplio, desde el átomo individual al complejo “slurry” (una mezcla liquida de mas de un tipo de solido) que transporta los nutrientes hasta la superficie de la raíz en un flujo de masas, y por consiguiente, hasta el tallo de la planta. El Agua es testigo de la acción por todos sus lados; en forma de humedad en el Entorno de la Planta, transportando los nutrientes y apoyando otras actividades en el medio, controlando directamente toda actividad de la planta y proporcionando los nutrientes necesarios, transportándolos a los sitios de utilización final en las células de las plantas.

Por ello, el Agua ha de ser la adecuada. Es necesaria en las primeras etapas en las que se convierte la luz en energía y en la etapa final de respiración. Y tiene que encajar con las necesidades de la planta. Las plantas que prefieren un ambiente seco no deben ser puestas dentro de un sistema “aquaculture”; así como las plantas acuáticas no deben de ser plantadas en una superficie seca. La composición química del agua es crítica para su rendimiento y debe ser equilibrada para su correcto funcionamiento. Mientras que una planta normalmente se adaptará a las limitaciones de los otros lados de nuestro Tetraedro de crecimiento (no será tan bonita, o tan productiva, pero sobrevivirá y se multiplicará, la verdadera y única meta final de una planta), nunca será capaz de tolerar la falta de agua. Si limitamos el agua, sus funciones disminuyen o incluso cesan, quedándose inactiva o muriendo en el acto. Proporcionar la cantidad de agua adecuada es la materia más difícil de enseñar y la más fácil de echar a perder.

Resultados

Lo que se trata de sacar en claro de esto es que si eliminamos uno de los lados del Tetraedro, nada funciona; si alteramos a uno de los lados, aún cuando los demás lados funcionen perfectamente, el cultivo no será el mismo. Si produces un cambio en cualquiera de los lados de cantidad, calidad, composición o disponibilidad, deberás de influir en el cambio al menos en uno de los lados para compensar. La información precisa sobre las necesidades específicas de las plantas para cada un de los lados del Tetraedro es usualmente conocida hoy día y en cualquier caso estará disponible a través de las tecnologías actuales. La cuestión es “¿puede el cultivador dado su tiempo, conseguir conocimientos, presupuesto, volumen de trabajo y carácter?

Resumiendo…

"El riego a mano es el sistema de riego más sencillo y más barato."

El riego a mano es el sistema de riego más sencillo y más barato. Esto incluye todo, desde sujetar la manguera con tus manos, hasta a abrir manualmente una válvula que suministra el agua a través de un sistema de riego de riego por goteo, el modo spray y otros emisores individuales como aspersores y mangueras. Esto le permite al cultivador tener un mayor control de la situación, siempre y cuando preste atención y proporcione la cantidad adecuada de agua a cada recipiente y a cada planta. Si el cultivador utiliza recipientes de 7 galones con tierra, suministrar 1 galón de agua no bastará. Riega siempre hasta obtener un 20% de drenaje; esto asegurará una saturación total y limpiará las sales acumuladas. Para aplicaciones precisas, necesitas usar un sistema que aplique un determinado volumen de agua a cada punto.

Sistemas automatizados

Para conseguir esto, es necesario automatizar el sistema. Diseña el sistema en base a la necesidad de agua. Comienza con la cantidad de agua que tiene que ir en un recipiente en el tiempo asignado para asegurar que las raíces no están sumergidas por más tiempo que el necesario. Entonces, ya que el riego por goteo tiene un gran abanico de posibilidades, elige el adecuado y cuántas bocas de riego serán necesarias introducir en el recipiente para satisfacer esta necesidad. Después, cuenta el número total de bocas de riego necesarias para nuestro sistema y diseña las tuberías y la bomba para repartir esta cantidad total de volumen a la presión que necesite la boca de riego para su correcto funcionamiento.

Luego, mide el tanque para asegurarte de que esta cantidad se puede obtener en cada riego y que cumple el número de aplicaciones que se necesitan entre cada cambio de tanque. Recuerde que el volumen ha de ser igual en cada boca de riego, a fin de asegurar que la presión necesaria en todo el sistema y el volumen que se suministra, está disponible en cada boca con cierto margen de error. Recuerda además que, a medida que la presión aumenta, el volumen disminuye. Si tienes que suministrar un mínimo de 40 psi en un sistema, y 500 galones por minuto, tendrás que usar una bomba que sea capaz de ello.

Para sistemas extremos como la cultura de agua profunda, es necesario que el agua en la zona de las raíces se vaya renovando, para mantener la solución de agua limpia, y la saturación del aire se debe mantener por medio de tecnologías de aireación como bombas de aire. Los sistemas aeropónicos deben satisfacer las mismas necesidades pero al tener siempre períodos cortos de inactividad, han de ser arrancados en la oscuridad. Lo mismo ocurre con sistemas de hydroton o guijarros, pero el tiempo de inactividad es más largo ya que los agregados mantendrán agua en la superficie, permitiendo a la raíz un período más largo de gran humedad.

Dicho esto, todos los sistemas actuales se dividen en 2 categorías, manuales y automáticos. El tiempo ha de tenerse muy en cuenta, así como la elección del sistema de riego. Todo lo demás es fontanería. En términos más sencillos, el objetivo es repartir el agua a la zona de las raíces a tiempo y de la manera adecuada. Así que hay 2 categorías y muchos sistemas. Los más simples son los mejores.

"En términos más sencillos, el objetivo es repartir el agua a la zona de las raíces a tiempo y de la manera adecuada."

Un excesivo riego manual es lo mejor especialmente para filtrar las sales, pero se puede lograr también con el modo spray, siempre y cuando todos los recipientes puedan ser regados. Inundación y absorción no es mi manera preferida de aplicar el agua, pero funciona hasta cierto punto, aunque debería incluir siempre una sesión regular de filtración para reducir las sales que no son absorbidas, sino que se mueven hacia arriba en el recipiente. Los emisores de goteo son perfectos para medios que no están muy aireados, pero dependen del movimiento lateral para saturar la zona de las raíces y no ayudan a enjuagar el medio. Los aspersores son aconsejables, pero sólo si la cosecha (y la construcción) puede soportarlos, existiendo fuertes restricciones sobre cómo hacerlo, ya que la aparición de enfermedades y la falta de recipientes son a menudo consecuencias de este sistema (también desperdician mucha agua).

El modo spray es el que mejor se adapta en la mayoría de medios, excluyendo el aire, donde el emisor debe ser una boquilla vaporizadora. Se pueden utilizar para distribuir el agua a través de un medio, garantizando un riego equitativo y buena filtración.

Si bien es difícil resumir 30 años de aprendizaje en un breve artículo, si se siguen estas orientaciones, los resultados en el rendimiento de la planta, el ahorro de dinero y el éxito general del cultivador serán conseguidos. El elemento clave en todo este debate es el cultivador/productor. Es éste quien afecta finalmente a todo el sistema, y el éxito o fracaso está totalmente en sus manos.

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